Desde aquel día,
desde aquellas palabras
ofreciéndome tu aroma
comenzó tu danza eterna.
Vestida con luz de amanecer
y con tus labios de rojo atardecer
bajo las estrellas titilantes
danzando en tu cabello.
Me es imposible perderte,
me es inutil cerrar mis ojos.
Tú, amante de perfectas sinfonías
iluminas tu danza eterna,
que con dolor aprendiste
después de la muerte
que te dió tu esencia
Eres Flor-en-Sí-a mi sentir
Eres Flor-en-Sí-a mi cantar
Eres Flor-en-Sí-a mi mirar
Te veo y quiero que me veas
Mientras ese día llegue
Te canto en silencio
Esta dulce-sincera-sinfonía...
martes, febrero 26, 2008
Dulce Sinfonía
Etiquetas:
poesia
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