La guitarra y sus acordes,
me acuerdo de sus notas,
armonizando días y noches,
danzando con la lluvia entre sus gotas.
Miro siempre fijo,
al horizonte infinito,
y descubro alegremente
que lo feo es pequeñito.
Jugando fui descubriendo
los espacios y recovecos,
me fui sorprendiendo,
ya no existen, están repletos.
Me aventuro si esperar,
y atravieso aquel umbral,
siento algo sin mirar,
ahora comprendo, es mi origen natal.
martes, febrero 05, 2008
Lo Onírico me Despierta
Etiquetas:
poesia
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